‘’Realmente disfrutamos que vengas y siempre queremos que regreses’’ dijo el restaurante al veterano de la Segunda Guerra Mundial.
Gracias a un amable equipo de empleados en el restaurante Arby’s de Arizona, Estados Unidos, un veterano de la Segunda Guerra Mundial, tiene una familia y comida en su boca por siempre.
Doug, tiene noventa y siete años y ha sido un cliente frecuente en Arby’s, pues casi todos los días conduce hasta el restaurante.
El hombre utiliza su andador para caminar, por lo que al verlo llegar los empleados automáticamente corren a ayudarlo, abren la puerta para él y lo ayudan a instalarse en su mesa favorita. Él come la misma comida todas las tardes: un sándwich de carne asada con queso suizo y una soda sin hielo.
Él dice que su estómago nunca le duele después de comer la comida de Arby’s y que es una de las pocas comidas que su cuerpo envejecido puede tolerar.
Durante más de dos años, Doug ha frecuentado el lugar y dice que el personal es realmente increíble y que además se han convertido en una familia para él.
Él incluso tiene el número de todos escrito. Si no puede llegar al restaurante en un día determinado, uno de los empleados se encarga de manejar hasta su hogar y llevarle la comida que necesite.
Lo mejor de todo fue cuando el gerente del lugar se acercó a Doug y le entregaron un regalo. Todos los empleados habían recolectado dinero juntos y le compraron tarjetas de regalo del restaurante con un valor de $200 dólares, para que no tuviera que pagar más por su comida. El conmovedor momento fue captado por Daniel Moloney quien quedó fascinado con la interacción de Doug y el personal.
‘’Realmente disfrutamos que vengas y siempre queremos que regreses’’, dio el gerente.
E veterano hizo una broma diciendo: ‘’Nunca sé si estaré aquí al día siguiente, pero muchas gracias por esto’’.
Moloney estaba tan conmovido que tomó una foto rápida y contó la historia en Facebook.
‘’Este es uno de esos momentos que te hacen feliz’’, escribió.
‘’Hay tantas personas buenas en el mundo’’, escribió. ‘’Estos empleados pusieron de su propio dinero de manera desinteresada, para que un hombre mayor pueda entrar y disfrutar de una cena que nunca sabe si será la última’’.
La historia de Doug corrió rápido por Internet e incluso algunos medios locales decidieron cubrir la conmovedora historia.
Gamage agregó que un optometrista local también se detuvo en el restaurante y le ofreció atención médica gratuita al veterano.
Una hermosa lección que nos enseña que hay que ser bondadosos el uno con el otro.