No importa lo que pensemos acerca del destino, debemos admitir que hay ciertas historias que nos hacen cuestionar si no somos parte de algo más grande que nosotros mismos.
Estados Unidos está separado de Filipinas por unos 13,200 kilómetros, pero ¿desde cuándo el amor verdadero ha sido restringido por tales distancias? Ciertamente no es el caso de Tyrel Wolfe, de Idaho, y Joana Marchan, de Quezon City, Filipinas.
Hace quince años, cuando Tyrel Wolfe era solo un niño de 7 años, participó en una iniciativa creada por la organización humanitaria internacional Samaritan’s Purse. La iniciativa constaba en enviar una caja de zapatos llena de útiles escolares, artículos de tocador y pequeños juguetes como regalo de Navidad para niños en distintos países.
Wolfe no tenía idea de dónde terminaría su caja de zapatos, fue una decisión completamente fuera de sus manos. Sin embargo, llegó a Joana Marchan, de Quezon City, Manila, Filipinas.
Joana le envió a Tyrel un mensaje de agradecimiento a cambio, pero desafortunadamente la nota nunca llegó a él.
A pesar de que su carta nunca tuvo respuesta debido a que no la recibió Tyrel, Joana no se olvidó de él durante la próxima década. La caja “significaba tanto para ella” que su remitente permanecía guardado en su memoria, y ella tenía toda la intención de agradecerle adecuadamente.
Luego, después de 14 largos años, Joana finalmente encontró una forma de rastrear a Tyrel en 2011. Usó Facebook para enviarle una solicitud de amistad al estadounidense.
Resultó que éste par en realidad tenía más que unas pocas cosas en común, incluido su amor por la música cristiana y una firme creencia en su fe. La pareja pasó el año siguiente conversando en las redes sociales a través de mensajes de Facebook, antes de que Tyrel decidiera realizar un viaje de 10 días a Filipinas para visitar a Joana.
Desde la primera vez que se vieron en persona, ambos supieron que estaban destinados a estar juntos.
“Una vez que vi su rostro, me invadió una sensación increíble”, recordó Joana . “Estaba tan feliz que incluso lloré”.
“Todo lo que sabía era que Joana era la indicada”, le dijo Tyrel a Samaritan’s Purse.
En poco tiempo, Tyrel regresó a Filipinas para poder pedirle la mano a Joana en matrimonio. Luego, el 5 de octubre de 2014, la pareja se unió en santo matrimonio.
Como un guiño a sus hermosos orígenes, la pareja recién casada instruyó a los invitados de la boda a empacar cajas navideñas para regalar a Samaritan’s Purse para los niños extranjeros.
“Operation Christmas Child fue lo que nos unió a Joana y a mí, así que de alguna manera queríamos que el proyecto fuera parte de nuestra celebración”, dijo Tyrel.
Qué maravillosa historia de amor improbable. ¡Pensar que una caja de caridad de Navidad forjó un vínculo que resistiría el paso del tiempo y uniría a dos personas que vivían a más de 13,000 kilómetros de distancia!
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