La vida real es tan extraña como la ficción cuando se trata de conspiraciones
En los últimos años se ha visto el resurgimiento de los teóricos de las conspiraciones, pero en lugar de usar el sombrero de fieltro o aluminio de antes, ahora se sientan detrás de un teclado y crean páginas GoFundMe recaudando dinero para lanzar cohetes caseros o comprobar sus teorías.
Las vacunas causan autismo, el cambio climático no es real, Nibiru se estrellará contra la Tierra, y Stephen Hawking es un impostor. Hay mucho que escoger en la web que podría traer confusión y terror entre la población. Sin embargo investigaciones recientes han vinculado este tipo de comportamiento con la credulidad y la necesidad de sentirse especial. Pero los teóricos de la conspiración te dirán que esto es simplemente otro encubrimiento.
A pesar de esto, hay ocasiones en las que la vida real es tan extraña como la ficción. Y algunas cosas resultan realidad. Desde siniestros programas de investigación hasta encubrimientos relacionados con la salud, aquí te dejamos 5 ejemplos de extraordinarias conspiraciones que resultaron reales.
1. La CIA experimentó con el control mental y psicodélicos.
La Agencia Central de Inteligencia (CIA) aparece en muchas teorías conspirativas, pero su sombría reputación no es del todo inmerecida. Documentos publicados en los años setenta, revelaron que el servicio secreto realmente había incursionado en el control mental, la tortura psicológica, la radiación y la terapia de descarga eléctrica en una serie de estudios sobre la modificación del comportamiento conocido como ”Proyecto MK-ULTRA”.
Más de 150 experimentos humanos tuvieron lugar entre 1953 y 1964. Muchos de los cuales involucraron la administración de drogas a ciudadanos estadounidenses sin su conocimiento y consentimiento. El propósito de esta investigación fue desarrollar técnicas y sustancias para usar contra la Unión Soviética y sus aliados (sí algo como sueros verdaderos y súper agentes Bourne).
La cosa se volvió más siniestra luego de que el director de la CIA Richard Helms ordenó la destrucción de todos los registros relacionados con MK-Ultra en 1973. Lo que significa que hay poca evidencia de las actividades nefastas de los servicios de inteligencia en la actualidad. Sabemos que el costo de la investigación es responsable de una hospitalización y al menos dos muertes. Pero el costo real podría haber sido mucho mayor.
2. Los engaños deliberados sobre el riesgo asociado con el tabaco
Fumar aumenta el riesgo de un accidente cerebrovascular, enfisemas, infertilidad y toda una serie de cánceres. Pero en el pasado, Big Tobacco hizo todo lo posible para persuadir a los consumidores de que los cigarrillos no eran malos para la salud. Incluso intentaron convencer al público de que fumar era saludable.
Las compañías tabacaleras eran importantes y donantes generosos en campañas políticas. Esencialmente, si podían comprar el favor de los políticos y otros en posiciones de poder, mientras que refutaran la ciencia detrás de los riesgos de salud, alegando que eran inciertos.
No fue hasta los años 90, que las empresas comenzaron a admitir que existían riesgos para la salud asociados con el tabaquismo. En 2006, después de un período de siete años en demanda, el juez Gladys E. Kessler encontró a muchas empresas de tabaco culpables de conspiraciones, con material suprimido o destruido en el que se aceptaba que existía manipulación en la nicotina a fin de aumentar y perpetuar la adicción.
3. Dulce pero dañina
Las compañías tabacaleras no fueron las únicas culpables de engañar y dañar la salud. La industria azucarera también pasó años ocultando datos y sobornando a científicos para mantener ocultos los resultados de una incómoda investigación y todo al mismo tiempo en el que anunciaban Lucky Charms y Kool-Aid para niños.
En 2016, un artículo publicado en JAMA International Medicine reveló que la industria azucarera había financiado investigaciones en los años sesenta menospreciando los riesgos asociados con comer azúcares, y en su lugar apuntaron el dedo acusador a la grasa. Según los autores del artículo, los peces gordos del azúcar han intentado controlar el debate sobre los peligros por más de cinco décadas.
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Por ejemplo, un estudio de 2011 hizo la afirmación impactante (y totalmente anticientífica) de que los niños que comen dulces pesan menos que los que no los consumen. Profundizando un poco más, resultó que la investigación fue financiada por la National Confectioners Association, un grupo que representa a compañías como Hershey’s y Skittles. Y bueno ni hablar de Coca-Cola que pagó por un estudio que relacionaba su consumo con la pérdida de peso y que además jugaba un papel importante en las dietas.
4. Ovnis
Los loons teóricos de la conspiración por fin habían conseguido su ficción: el Área 51. El año pasado, el Pentágono confirmó que el gobierno de los Estados Unidos había estado investigando ”amenazas aeroespaciales anómalas”, o lo que comúnmente llamaríamos OVNIS.
Entre 2008 y 2011, el Programa de Identificación de Amenazas Aeroespacial Avanzado recibió cerca de 22 millones de dólares, lo que sin duda, no es exactamente una porción grande del presupuesto anual del Departamento de Defensa de 600 mil millones. En última instancia; el experimento fracasó y el programa se cerró, al menos, eso es lo que dicen las fuentes oficiales.
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5. Científicos locos y nazis
Para aquellos que no han visto Doctor Strangelove. El personaje principal de la película es un ex nazi con un caso severo de síndrome de la mano alienígena; el cual trabaja como asesor científico del presidente de EE. UU., al que se refiere intermitentemente como ”Mein Fuhrer”.
La premisa parece inverosímil, pero corre el rumor de que se inspiró en Wernher von Braun, que fue sólo uno de las 1,600 científicos nazis enviados a trabajar en los EE. UU. después de la derrota alemana en la Segunda Guerra Mundial. El programa llamado Operation Paperclip, se expuso en medios de comunicación como el New York Times en 1946.
Algunos de los científicos participaron en el proyecto MK-ULTRA. Von Braun, sin embargo, fue puesto a trabajar como director de la División de Operaciones de Desarrollo de la Agencia de Misiles Balísticos del Ejército. Estuvo involucrado en el alunizaje y desarrolló el cohete Jupiter-C utilizado para lanzar el primer satélite de Estados Unidos. Antes de eso, participó en el programa de cohetes V-2, donde utilizó prisioneros de los campos de concentración para ayudarlo.
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