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Abuelito vendía sus dibujos para sobrevivir y ahora tendrá una exposición de arte

Don Baldemar no tenía hogar y pasaba sus días en una plaza en Ciudad de México.

En el planeta Tierra habitamos alrededor de 7 millones de personas, cada uno con una hisotria y vida diferente. Muchos amantes de la música, otros del deporte y otros de las obras de arte. Cada uno reza a sus propios dioses, pero lo cierto es que todos merecemos vivir dignamente, con respeto e igualdad de condiciones y exactamente eso es lo que buscaba don Baldemar.

El abuelito mexicano, fue fotografiado originalmente un una plaza en Ciudad de México, mientras dibujaba y vendía su arte para poder sobrevivir.

Afortunadamente, las redes sociales y el buen corazón de las personas lograron ayudarlo para tener su propia exposición, además de darle donaciones monetarias y por supuesto reconocimiento por su gran trabajo.



Baldemar se volvió viral en poco tiempo y su historia tocó los corazones de todos los mexicanos.

Don Baldemar vivia en las calles frente a una cadena de cines. Para conseguir dinero, él dibujaba y vendía su arte por unos pestos. Su talento es innegable, pero jamás tuvo la oportunidad de mostrarlo.

A través de Twitter, se dio a conocer su historia la cual alcanzó miles y miles de interacciones. Lo increíble no fue solo el alcance que logró tener don Baldemar, sino la ayuda que recibió. La joven que recibió el dinero se comprometió a entregarlo todo al abuelito y ayudarlo a encontrar un hogar para que saliera de las calles.



“El día de ayer le llevamos el dinero que todxs ustedes con su gran corazón hicieron favor de donar, Don Baldemar no aceptó todo por su seguridad ya que vive en la calle y lo pondría en riesgo, acordamos con él guardarlo y llevarle cada semana un tanto hasta que se termine.”

Comentó la joven que popularizó la historia del anciano.

Además de las donaciones monetarias, muchas personas enviaron cosas, sin embargo no pudo recibirlas todas de momento, a falta de vivienda.

Afortunadamente las buenas acciones de las personas le permitieron a don Baldemar que se hospedara en un hotel, para después abrir una cuenta de banco y lo más especial para él, completar la exposición de su arte.



“Gracias Diosito, me mandaste unos angelitos. ¿De dónde me los mandaste, del cielo?”

Al enterarse de que podía exponer sus obras, él se emocionó tanto que dijo que había que hacer ‘’obras maestras’’ para su exposición.

El abuelo también creo una cuenta de Instagram en donde sube sus obras y el resultado de su exposición.



Esto es lo que ocurre cuando todos ponemos un granito de arena. La clave está en no ser indiferentes, no olvidarse que hay muchas personas en situaciones deplorables y que necesitan un pequeño empujón. A veces una buena palabra puede hacer la diferencia.