Creó su propio camino y en pocos meses obtuvo cerca de 70 clientes y contrató a dos personas más por la alta demanda.
El protagonista de esta historia de perseverancia es Clay Lewis, un joven australiano con autismo, que desde que tenía 15 años empezó a aplicar a varios empleos de medio tiempo para trabajar después de clases, y aunque desafortunadamente fue rechazado en todos, él no se rindió hasta abrir sus propias puertas.
Y es que a pesar de que él se esforzaba para obtener un empleo como lo hacían sus compañeros, a él nunca lo llamaban. Laura Lewis, la mamá de Clay comentó en una entrevista con el medio CTV News que “los empleadores no eran capaces de ver más allá de sus prejuicios y hacían suposiciones injustas sobre la competencia de Clay debido a su discapacidad”. Por su parte, Clay mencionó: “Busqué y apliqué a trabajos durante dos años y no obtuve ni una entrevista”.
A pesar de las negativas, Clay estaba decidido a trabajar, así que después de 2 años de intentarlo, cuando tenía 17 años creó su propio emprendimiento llamado ‘Clay’s Bin Cleaning’, con el cual se encarga de la limpieza de los cestos de basura de sus vecinos y cobra $10 dólares australianos por cada contenedor, utilizando productos biodegradables y libre de tóxicos.
De esta manera, en pocos meses Clay creció su negoció, obtuvo cerca de 70 clientes, contrató a dos personas más para que lo ayuden con su trabajo por la alta demanda y logró ganancias de más de $6000 dólares australianos.
En una entrevista con el medio Daily Mail UK, Laura comentó que se siente muy orgullosa de su hijo y que tanto ella como su familia siempre lo apoyaron en su emprendimiento porque deseaban que aprendiera sobre la ética del valor y mencionó que “Lamentablemente algunas personas solo ven una discapacidad, en lugar de centrarse en la capacidad. Mi esposo, Warren, y yo hemos aprendido a no poner limitaciones a Clay porque él siempre las supera”.
Finalmente, el joven comentó que al terminar la preparatoria espera crecer aún más con su emprendimiento y quiere realizar un viaje a Dubai para ver las carreras de Fórmula Uno, de las que es fanático desde hace mucho tiempo.