Este pastor alemán se ha convertido en el amoroso guardián de cervatillos y ellos lo adoran.
Cuando era cachorro, Sarge, un pastor alemán de ahora 9 años, era gruñón, mordía los tobillos de las personas y perseguía a sus hermanos por toda la casa. Pero todo cambió cuando su dueña llevó a un cervatillo huérfano llamado Buckwheat a la casa.
“Algo hizo clic en Sarge y aceptó inmediatamente a Buckwheat“, comenta Cheryl Stephen, dueña de Sarge. “Él quería estar involucrado en todos los aspectos del cuidado de Buckwheat“.
De acuerdo con Cheryl, desde el primer momento Sarge se tomó muy en serio el papel de perro guardián de Buckwheat, al punto en que ningún otro perro se podía acercar al cervatillo.
Buckwheat llegó a la casa luego de ser rescatado en medio de la carretera, en cuanto Sarge se convirtió en su niñero, él se pudo sentir más a salvo con la compañía que le hacía el amoroso perro.
Cuando el cervatillo comenzó a dar sus primeros pasos, Sarge lo acompañaba pacientemente, además, lo alentaba a que explorara el mundo. “Cuando salíamos de paseo con Buckwheat, Sarge caminaba a su lado y lo protegía de cualquier peligro”, dijo Cheryl.
Finalmente, después de su recuperación, Buckwheat fue liberado nuevamente en la naturaleza, pero la habilidad de Sarge ya era conocida en su comunidad. El teléfono de la casa comenzaba a sonar pidiendo ayuda para cuidar a cervatillos huérfanos y heridos.
“Cuando entro por la puerta con un cervatillo, Sarge entra en acción. Él quiere revisarlos y olfateará frenéticamente y husmeará para determinar su condición”, dijo Stephen. “Los cervatillos se sienten atraídos por Sarge y se sienten seguros en su presencia. Sarge no se irá de su lado”.
Lamentablemente, algunos de los cervatillos que reciben no logran sobrevivir, y cada pérdida es igualmente difícil para Sarge.
Pero los tiempos difíciles no disminuyen la emoción del perro cada vez que un nuevo cervatillo cruza la puerta.
“Espero que estas fotos ayuden a otros a ver cuán cariñosos y afectuosos son los ciervos. Tienen un alma, al igual que nosotros los humanos”, dijo Stephen.” Si un perro puede amar y cuidar a los ciervos, la gente también puede hacerlo”.