La novedosa vacuna puede ser tomada como un caramelo y tiene muchos más beneficios que las tradicionales.
Un grupo de investigación liderado por Maria Croyle, profesora de Farmacia de la Universidad de Texas en Austin, ha desarrollado un método novedoso para estabilizar virus vivos y otros medicamentos biológicos en una película de disolución instantánea que no requiere refrigeración y puede administrarse vía oral.
Debido a que los materiales necesarios para hacer la película son económicos y el proceso es relativamente simple, este avance podría hacer que las vacunas sean mucho más asequibles. Además, se pueden enviar y distribuir grandes cantidades fácilmente gracias a su diseño plano que ahorra espacio.
Las tasas de vacunación a nivel mundial han mejorado durante la última década, sin embargo siguen siendo demasiado bajas, tan solo en 2018, 13,5 millones de niños no fueron vacunados.
La profesora Croyle explica que su equipo de investigación comenzó a desarrollar esta tecnología en 2007, cuando los Institutos Nacionales de Salud les pidieron desarrollar un método de entrega sin aguja y estable para una vacuna.
Un documental sobre cómo se puede preservar el ADN de los insectos y otros seres vivos durante millones de años en ámbar fue la inspiración para el desarrollo de esta innovadora idea.
“Esto nos hizo pensar en dulces duros, como solía hacer mi abuela. Era una idea simple pero nadie lo había intentado. Así que nos pusimos a trabajar mezclando una variedad de formulaciones que contienen ingredientes naturales como azúcares y sales y probándolas por su capacidad para formar un caramelo sólido de color ámbar”, comentó la profesora.
Al principio, muchas de las preparaciones que probaron mataron al organismo a medida que la película se formaba o cristalizaba durante el almacenamiento, lo que causó la destrucción del virus o la bacteria que buscaban preservar.
Después de aproximadamente 450 intentos, los investigadores encontraron una fórmula que podría suspender virus y bacterias en una película despegable. Conforme fueron teniendo más experiencia, el proceso se volvió más simple y ahora son capaces de preparar un lote de vacunas por la mañana y enviarlo para su distribución después del almuerzo.
Uno de los principales problemas para las vacunas actuales es que pierden su potencia con el tiempo y debido a las condiciones de temperatura que deben mantenerse, lo cual es costoso y en algunas partes del mundo, casi imposible. Gracias a la nueva técnica, esta vacuna puede almacenarse y transportarse a temperatura ambiente, lo cual es una enorme ventaja.
Además de las dificultades para transportar y mantener las vacunas, el impacto ecológico de las vacunas tradicionales es impresionante. La campaña de eliminación de sarampión de Filipinas en 2004, que inmunizó a 18 millones de niños en un mes, generó 19,5 millones de jeringas, o 143 toneladas de desechos de objetos punzantes y casi 80 toneladas de desechos como envolturas de jeringas, tapas, hisopos de algodón y envases.
Por el contrario, la nueva película puede ser distribuida por trabajadores de la salud equipados con solo un sobre que contiene la vacuna, la cual, una vez tomada, no dejará ningún rastro, excepto por una población más saludable y protegida. El equipo de investigación espera que pueda estar en el mercado en menos de dos años.