Perder un hijo debe ser uno de los dolores más grandes del mundo. El vínculo que se crea entre una madre y un hijo es inigualable y cuando llega el momento en el que uno abandona este mundo, la tristeza y el dolor son insoportables.
Becky Turney, de 40 años tuvo la mala suerte de ser una de estas madres que se ven obligadas a decirle adiós a sus hijos antes de lo que esperaban. Hace dos años, su hijo Triston falleció con tan solo 19 años de edad.
Cuando llegó el día de la boda, Becky no podía dejar de pensar en su hijo y decidió honrar su memoria asignándole un espacio vacío para sentirlo presente. En la silla que le asignó a su memoria agregó el siguiente mensaje:
“En el día de tu boda estaré en el cielo, ¿qué puedo hacer? Vendré a la Tierra a pasar ese día contigo, así que guárdame un sitio; una silla vacía. Puede que no me veas, pero estaré allí.”
Momentos antes de comenzar la ceremonia, su futuro esposo le mencionó que le tenía una sorpresa y fue ese momento el que cambió su vida por completo. Jacob Kilby, un joven de 21 años de San Diego, llegó a la boda para conocer a Becky y en el momento en el que ella lo vio, no pudo contenerse y rompió en llanto.
Cuando Triston falleció, Becky decidió donar los órganos de su hijo para ayudar a salvar la vida de otras personas; Jacob habría sido una de las 5 personas que recibieron órganos de su fallecido hijo; él habría tenido la fortuna de recibir su corazón en 2015.
Jacob padecía de síndrome del corazón izquierdo hipoplásico, llevaba tres operaciones y había recibido su primer transplante a los dos años de edad. Sin embargo, su condición no mejoraba y su corazón comenzaba a deteriorarse e incluso llegó a sufrir un ataque al corazón.
Todo esto, reducía su calidad de vida, pero cuando supo que era el siguiente en la lista para recibir un nuevo trasplante, una nueva ilusión creció dentro de él y afortunadamente su cuerpo recibió perfectamente el corazón de Triston.
“Todos dejamos nuestra huella en el mundo, pero ver cómo Triston ha cambiado la vida de Jacob es increíble. Me hace sentir tremendamente orgullosa.”
Kelly quería regalarle algo especial a su futura esposa en su día especial y planeó este encuentro con muchos meses de anticipación, para que Becky pudiera tener presente a su hijo de alguna forma; a través de Jacob.
“Estaba fuera de mí, chillé como una niña pequeña, no paraba de saltar. Fue increíble. Nunca me han sorprendido así. Siempre desenvuelvo los regalos de Navidad antes de tiempo en secreto. Que Kelly fuera capaz de lograr esto sin que yo me enterara es increíble.” – comentó Becky.
“Es la acción más altruista que puedes llevar a cabo. Además, animamos a los donantes y receptores de órganos a conocerse porque sirve mucho para sanar. El vínculo que se crea entre la familia de los donantes y receptores dura toda la vida.” – finalizó Becky.
Las fotografías este encuentro es impresionante, en él podemos ver a Becky oyendo latir nuevamente el corazón de su hijo. La escena es muy conmovedora y nos hace reflexionar sobre el gran gesto de amor que realizaron con la donación de órganos tras la muerte de su hijo.
Esta historia nos hace recuperar la fe en la humanidad al demostrarnos que aún existen muchas personas dispuestas a dar lo mejor de sí mismas para ayudar a quienes lo necesitan, a pesar de las circunstancias.