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Enfermera que trata pacientes de COVID-19 donó su riñón a un niño

Una enfermera estadounidese que trata pacientes de COVID-19, puso en pausa su trabajo y decidió donar un riñón para un pequeño de 18 meses con rara enfermedad renal. 

Esta hermosa historia ocurrió en Minneapolis, Minnesota cuando Taylor Pikkarainen que es enfermera de profesión, decidió donar generosamente un riñón para un pequeño de tan sólo 18 meses de edad, que padece una extraña enfermedad renal desde su nacimiento.

Bodie Hall nació con Síndrome Nefrótico Congénito, que provoca muchas dificultades para el desarrollo normal de las personas provocando fallos renales que llevan a un inminente trasplante renal.

Los padres de Bodie sabían que su situación era apremiante ya que es muy difícil encontrar un donante de riñón y además para ellos era más complicado ya que el papá del pequeño no es compatible con el tipo de sangre y la mamá no podía ser donante ya que ella dió su riñón para la hermana mayor de Bodie quien también padece la enfermedad. 



 

Por este motivo, Bodie estaba en lista de espera nacional para trasplante de riñón y además, siguiendo la recomendación de los doctores, los papás también publicaron su historia en redes sociales en búsqueda de un donante. 

Y aunque estaban positivos y esperanzados sabían que no hay muchas probabilidades de encontrar un donante y que además sea compatible con el pequeño. 

Al contrario a sus expectativas, al poco tiempo Taylor respondió y llenó todos los formularios y los médicos determinaron que ella era la mejor opción para la donación del riñón donde se aplicó una tecnología de compatibilidad llamado “mapeo de epítopos”.

 



 

El Dr. Raja Kandaswamy del Centro Médico de la Universidad de Minnesota, M Health Fairview comentó “Este tipo de compatibilidad permite a los médicos evaluar los órganos en un nivel más minucioso y detallado para determinar la fuerza de una compatibilidad entre un donante y un receptor”.

Y fue entonces cuando decidieron proceder con el trasplante que demoró unos meses porque Taylor se encontraba en New Jersey trabajando como enfermera con pacientes de Covid y finalmente hicieron la operación el 9 de julio (justo en el cumpleaños de Taylor). 

El trasplante fue exitoso y actualmente Bodie toma medicamentos anti-rechazo y aunque probablemente tendrá que hacerlo por el resto de su vida, los médicos están muy positivos porque aplicaron la nueva tecnología de compatibilidad que incrementa las probabilidades de aceptación. 



 

Los padres de Bodie están muy agradecidos con Taylor quien ahora se ha convertido en parte de la familia por su acto de bondad que le dio una oportunidad de mejorar la calidad de vida del pequeño. 

Y por su puesto, Taylor está muy feliz de haber podido ayudar al pequeño y comentó para ABC 7, “Definitivamente es parte de mi llamado, ayudar a las personas” y también espera que esto inspire a muchas personas en el mundo para crear consciencia de la importancia de la donación de órganos.