El sonido de las sillas y mesas al moverse aturdía a un niño en el espectro autista y el salón tuvo una idea genial.
La forma en la que las personas con TEA (Trastorno del espectro autista) perciben y sienten el mundo que los rodea a menudo es diferente de otras personas.
La idea partió de una publicación realizada por la madre de Geremías, realizada por las redes sociales. Ella cuenta cuánto el ruido de las sillas y mesas con el piso lo aturdió y lo hizo enojar, por lo que obstaculizó el aprendizaje de su hijo.
El niño tiene excelentes calificaciones y excelente comportamiento, por eso es el alumno sobresaliente en su clase. Pero, desafortunadamente, le dijo a su madre cuánto le molestaba cuando se movían las bancas o sillas en actividades.
La publicación se volvió viral y terminó llegando a su escuela respectiva, que poco después contactó a la madre y le dijo que tomaría cierta iniciativa.
La escuela colocó cientos de pelotas de tenis a los pies de las mesas y sillas, y tal como informaron los maestros: fue el final de la “Era del ruido”.
Otras escuelas encontraron la iniciativa muy atractiva y decidieron adoptar la idea también.
Una iniciativa que nos demuestra que no cuesta nada ver por el bien de los demás.