Quiere estar todo el tiempo con su rescatista.
Esta hermosa historia empezó cuando Audrey, rescatista de animales de Murphys Safe Haven leyó una publicación de un dulce gatito que necesitaba un hogar y de inmediato acudió al sitio y coordinó todo para que el pequeño reciba la atención médica necesaria para posteriormente encontrarle una familia definitiva.
Sin embargo, cuando Audrey llegó al centro de rescate se dió cuenta que el pequeño padece de labio leporino y tras ser llevado a un especialista, también le indicaron que presentaba signos de hipoplasia cerebelosa, una condición neurológica que afecta las habilidades motoras del gatito.
En una entrevista con Love Meow, Audrey mencionó al respecto: “Notamos que no podía caminar correctamente y se caía. Estaba un poco confundido al principio, pero rápidamente se volvió muy juguetón y amigable”. Y es que el gatito era verdaderamente dulce y desde pequeño le encantaba llamar la atención de todos para que le dieran mimos y caricias.
Y aunque, el pequeño al que llamaron Oink, disfrutaba del amor de todos los rescatistas, él tenía a su humana preferida: Audrey, ya que asociaba que había sido ella quien lo había rescatado. Y por supuesto, el sentimiento era mutuo puesto que el gatito enamoró por completo a la mujer con su hermosa personalidad perseverante y cariñosa.
En la entrevista con Love Meow, Audrey mencionó que Oink “Es muy juguetón y ama la atención. Maúlla en la puerta hasta que lo cargue”. Además comentó que siempre está a su lado a dónde sea que su mamá vaya: “Lo que más le gusta a Oink es acurrucarse en la cama. Le encanta cuando es hora de irse a dormir, para poder acurrucarse en mi pecho”.
De esta manera, Audrey y Oink pasan sus días juntos disfrutando de su mutua compañía y aunque el pequeño mantiene sus problemas de movilidad, esto no es un impedimento para asegurarse de acompañar a su mamá humana en todo lo que hace.