Este lugar crea un ambiente verdaderamente mágico.
La mina de sal de Wieliczka, cerca de Cracovia, Polonia, demuestra que la sal puede ser una obra de arte y no solo un condimento para nuestras comidas.
Esta mina se abrió por primera vez en el siglo XIII y hoy es considerada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En su punto más profundo alcanza una distancia de 326 metros y su longitud supera los trescientos kilómetros, cuenta con lagos subterráneos, 2,000 cámaras y capillas equipadas con enormes candelabros.
Cada pequeño detalle de esta mina está hecho de sal. Este lugar crea un ambiente que parece irreal.
Su historia se remonta a la Edad Media, cuando solía llamarse Magnum Sal o Gran Sal. Desde el siglo XIII ha producido sal de mesa y es una de las minas de sal más antiguas en el mundo.
Todas las 2,000 habitaciones de la mina están talladas en roca de sal, incluidos los pasillos y el piso. Existen esculturas religiosas que fueron talladas en sal por los mineros.
Este lugar sin duda es único en el mundo gracias a su belleza.