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Joven colombiano inspira al defender a una persona sin hogar de la policía

Desea promover la empatía y un trato digno hacia las personas más necesitadas. 

Cristhian Ramírez es un joven colombiano quien en septiembre del 2020 dio a conocer su historia de amistad con una persona sin hogar llamada Andrés, después de que alguien tomara unas fotografías de ellos en la que se los ve pasando un momento ameno mientras conversan y comen.

El colombiano se refirió sobre las fotografías en una publicación en su cuenta de Facebook que rápidamente se viralizó y miles de personas reaccionaron con palabras de apoyo por las buenas acciones de Cristian, ya que el colombiano y su novia Maira Alejandra Martínez acostumbran a ayudar en diferentes causas en pro de las personas necesitadas, pero sin alardear en redes sociales ni entre sus amigos o conocidos.



 

Sin embargo, Cristian hizo una excepción en esta ocasión ya que consideró importante contar la historia de esas fotografías, ya que ha sido una excelente oportunidad para que más personas reflexionen sobre el trato que le dan a las personas sin hogar. 

De esta manera, Cristian relata cómo conoció a Andresito y que su amistad empezó en el 2019 cuando desde su casa se asomó a su balcón y vio a un hombre acurrucado contra la pared intentando descansar, después de una tarde de fuerte lluvia. Al ver esta escena Cristian habló con su novia y juntos le prepararon un plato de comida casera para Andresito, quien le respondió “¡Uy! Gracias mi hermanito” y lo cual representó el inicio de su amistad.

Sin embargo, al siguiente día no había rastro de Andresito pero una semana después se volvieron a ver por la calle y los dos se reconocieron y se saludaron con una gran sonrisa, escena que se repetía cuando se encontraban en otros lugares.



 

Desafortunadamente, en otra ocasión Cristian y Andresito se encontraron en una situación compleja ya que un policía llegó a uno de los sitios donde el hombre sin hogar descansaba y quería sacarlo violentamente de ese lugar. Y aunque Andresito estaba cooperando, el policía tenía un trato despectivo, insultándolo e incluso agrediéndolo físicamente.

Fue precisamente en ese momento cuando Cristian intervino desde su balcón y le habló al policía cuestionándolo sobre sus acciones ya que que Andresito no tenía una actitud agresiva hacia él. Sin embargo, el policía tomó una postura desafiante diciéndole que no se metiera y al insistir para que lo dejara en paz el altercado terminó y todos se fueron del lugar.

Afortunadamente, Cristian se volvió a encontrar con su amigo en otra ocasión cuando caminaba por la calle y compartieron una comida mientras Andresito le agradecía por haberlo defendido del policía, y también le contaba sobre su vida y que llegó a la calle porque hace 10 años atrás tuvo que dejar una carrera universitaria terminada por la pobreza que él y su familia vivían en Medellín.

Al finalizar, Cristian abrazó a su amigo mientras se despedían lo cual tomó por sorpresa a Andresito quien se conmovió por este amable gesto, el cual se convirtió en un saludo insignia entre ellos donde sea que se encuentren.



 

Cristian también relató cómo su amistad ha crecido en el año y medio que se conocen y que ocasionalmente se dan regalos, como comida, ropa y algunos dulces que son los preferidos de Andresito. Por su parte, el hombre sin hogar también les ha llevado regalos de cosas que se ha encontrado, como un destornillador con el agarre roto, un perchero descosido o un llavero oxidado, de los cuales Cristian comentó que “Cuando me hace esos regalos, me lo entrega con todo su corazón”. 

Con el pasar de los meses, otros vecinos del barrio de Cristian también le han tomado cariño a Andresito lo cual ayuda a que la vida en la calle sea más llevadera para él.

Finalmente, Cristian escribió unas palabras para incentivar la empatía en las personas “Ahora que saben mi secreto, que esto sirva de enseñanza para que no tengan que esperar a un evento masivo para ayudar a los más necesitados. En su propio barrio o en los barrios de sus amigos les apuesto que hay habitantes de calle necesitando ser escuchados, alimentados o abrazados. Es allí donde comienzan los cambios. Con sus vecinos y su entorno. Allí donde usted habita. Donde no hay cámaras, ni likes, ni compartidos. Donde los únicos ojos que te ven, son los ojos de quién ayudas. Es allí donde comienzan los verdaderos cambios”.