Aunque su cabello era lo que mas le gustaba de ella, la vida de su abuelito que batallaba con COVID-19 era más importante.
Una joven mexicana llamada Ana Paola Romero de 16 años decidió ayudar con los gastos médicos de su familia después de que en los primeros días del 2021, ella y otros seis miembros de su familia fueran diagnosticados con COVID-19.
Aunque Ana Paola tiene síntomas leves de la enfermedad, su tío y su abuelito Jesús son los que más problemas han tenido.
Ante esto, su familia estaba desesperada al necesitar urgentemente un tanque de oxígeno, puesto que los médicos les habían indicado que estuvieran atentos al nivel de saturación de oxígeno de Jesús y que no debía de bajar de 90, sin embargo al poco tiempo descendió a 40.
Fue en ese momento cuando Ana Paola decidió hacer todo lo que estuviera en sus manos para ayudarlo y se cortó su larga cabellera que medía 73 centímetros desde la raíz hasta las puntas y tras publicar en redes sociales la venta de su cabello, obtuvo 2500 pesos mexicanos ($125 USD) que utilizó para colaborar con su familia y comprar el tanque de oxígeno para su abuelito, que tiene un valor de 5700 pesos mexicanos ($285 USD).
A pesar de que Ana Paola adoraba mucho su cabello y durante dos años se lo estaba dejando crecer utilizando productos enfocados en eso, ella estaba convencida de que la salud de su abuelito Jesús era lo más importante y no dudó en contribuir a su familia ante la emergencia que estaban teniendo, además ella está consciente que su cabello volverá a crecer eventualmente pero quizás su abuelito no hubiese podido sobrevivir sin el tanque de oxígeno.
Después de su publicación en redes sociales, muchas personas conocieron su historia y le enviaron mensajes de apoyo y de una pronta recuperación para ella y toda su familia. Ana Paola también mencionó que espera que su abuelito se cure rápido y recordó que a él le gusta mucho bailar y que en las fiestas y reuniones familiares el siempre quería bailar con su nietas, pero que por vergüenza ellas no accedían, sin embargo prometió que “Si se pone bien, ahora sí voy a bailar con él”.
Sin duda, una hermosa historia de apoyo y de amor entre nieta y abuelito.