Quién diría que descansar un día más podría ayudar a salvar el planeta.
¿Qué pasaría si el fin de semana tuviera tres días y no solo dos? ¿Qué pasa si los viernes (o lunes) se incluyen entre los días de descanso y la semana laboral solo dura cuatro? Además de tener otras 24 horas para relajarse, ¿qué tipo de consecuencias podría tener esto para el planeta Tierra?
Actualmente hay economistas que argumentan que una reducción en las horas de trabajo es una acción ecológica. Esto se debe a que la disminución en la circulación de personas, así como en el consumo de energía en las estaciones de trabajo, también ayudaría a reducir la cantidad de emisión de dióxido de carbono en el aire. El movimiento, por lo tanto, sería una buena manera de ayudar a mejorar la calidad del aire que respiramos y, por supuesto, la atmósfera.
Otro punto para pensar refleja el bienestar físico y mental de las personas. Con largas horas de trabajo y horas extras constantes, vemos casos cada vez más frecuentes de profesionales que han alcanzado un agotamiento psicológico y emocional debido al exceso de trabajo. Especialmente cuando hablamos de la generación del milenio , personas nacidas entre 1981 y 1996, vemos una generación conocida como la “generación de agotamiento”. El nombre se refiere al síndrome psíquico que resulta de un agotamiento completo del cuerpo y la mente.
Ya se ha hablado sobre el intento sueco de reducir la jornada laboral de ocho horas a seis horas al día, sin reducir el salario. Un año después del comienzo de las medidas, las autoridades garantizaron que hubo una mayor productividad y una mejora en la salud de los empleados. Sin mencionar la reducción del número de ausencias.
Repensar las relaciones laborales es uno de los principales engranajes para que el medio ambiente, respire mejor.
¿Qué opinas de la propuesta?