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Metía a niños judíos en ataúdes y bolsas de basura para salvarles la vida

La apodaron “El ángel del Gueto de Varsovia” por salvar a más de 2500 niños judíos durante la Segunda Guerra Munidal.

Irena Sendler de nacionalidad polaca, fue una enfermera y trabajadora social durante la Segunda Guerra Mundial convirtiéndose en el “Ángel del Gueto de Varsovia” al salvar la vida de más de 2500 niños judíos.

Irena tenía mucho cariño y respeto por el pueblo judío por la influencia de su padre quien fue un médico reconocido que atendía a judíos enfermos de tifus en un tiempo en que muchos doctores se negaban a tratarlos.

Desafortunadamente, el padre de Irene muere cuando ella tenía 7 años pero un tiempo antes le dijo unas palabras que marcaron para siempre su vida: “Si ves a alguien que se está ahogando debes de tratar de salvarlo, aún cuando no sepas nadar”. Bajo este pensamiento, Irena mantuvo el amor hacia el prójimo de manera incondicional. 



 

Tras la muerte de su padre, la comunidad judía ayudó a Irena a estudiar en la universidad en agradecimiento a la labor de su papá.

Un tiempo después en 1942, se creó una área cerrada llamada “El gueto de Varsovia” para albergar a 500.000 judíos que eventualmente enfrentarían una muerte segura, ya que en 18 meses, 100.000 personas fallecieron por hambruna o por enfermedad, mientras que los demás fueron asfixiados con gas. 

Ante estas atrocidades, Irene decidió unirse al “Consejo para la ayuda, Zegota” y logró registrarse para tratar a judíos que padecían enfermedades contagiosas.  Y junto a un grupo de 24 mujeres y 1 hombre, lograban hablar con las familias judías para intentar salvar la vida de los niños, escondiendolos en maletines de herramientas, sacos, ataúdes, bolsas de basura y en todo lo que fuera posible para poder esconderlos. 



 

Incluso logró salvar a una bebé de 7 meses de nacida, a quién ocultó en un cajón de madera con pequeños orificios para que pueda respirar. La bebé estaba narcotizada para que pueda pasar desapercibida en el trayecto y la mamá de la pequeña escondió una cuchara de plata que llevaba el nombre: Elzbieta Ficowsha y su fecha de nacimiento: 5 de enero de 1942.

Una vez que los niños lograban salir del gueto los dirigían a conventos religiosos para que cuidaran de ellos dándoles un nombre católico. Sin embargo, Irena conservó todos los nombres judíos y sus respectivos nombres católicos para que cuando termine la guerra, puedan reencontrarse con su familia.



 

Desafortunadamente, Irene fue detenida por los alemanes octubre de 1943 y aunque fue torturada severamente y condenada a muerte jamás reveló el paradero de los niños, ni los nombres de sus colaboradores y fueron ellos quienes justamente la ayudaron a huir al sobornar a un soldado alemán. De esta manera, pudo cambiar su identidad y una vez terminada la guerra entregó los documentos con los nombres de los niños judíos. 

Actualmente recordamos su historia con gran respet y admiración por su impresionante labor e inquebrantable voluntad de salvar vidas sin discriminación alguna. 

Sin duda, una hermosa historia de valor para compartir.