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Motociclistas chilenos rescatan a 23 inmigrantes venezolanos perdidos

El grupo estaba perdido en el desierto, sin agua cansados y a punto de morir.

Los héroes no siempre llevan capas ni existen solo en las películas o series de televisión, también son personas de carne y hueso que existen en el mundo real y los puedes encontrar en diferentes formas.

Un ejemplo increíble es este equipo de motociclistas compuesto por Fuad Garrido y sus amigos. Quienes recorriendo el desierto del norte de Chile, tal como acostumbran hacerlo todas las semanas, dieron con un grupo de inmigrantes, en el que incluso había niños y bebés. Los extranjeros venezolanos en tierras chilenas, fueron encontrados por Fuad y los demás motociclistas, el grupo se encontraba sin zapatos, sin agua y casi ya no podían respirar por el calor.

Fuad y sus amigos tienen un grupo llamado Team Tuareg, y sus integrantes practican motocross enduro cada domingo en una ruta que ellos denominan ‘’la frontera’’, ubicada en pleno desierto la región de Arica y Parinacota. En ese trayecto, tan habitual para ellos, el 13 de septiembre se encontraron con la sorpresa de 23 inmigrantes venezolanos, quienes en su intento por cruzar desde Tara hacia la ciudad de Arica por un paso no habilitado, terminaron perdiendose en uno de los lugares más inhóspitos y peligrosos de Chile.



Este desierto es uno de los más secos y además peligrosos, pues posee minas antipersonales, que fue donde llegaron luego de perderse. En Tacna les dijeron que el trayecto era solo de tres horas de caminata, pero cuando fueron encontrados por el Team Tuareg, llevaban ya tres días en el desierto.

“Llevábamos un buen tiempo recorriendo ‘La Frontera’ hasta que decidimos descansar en la cima de una loma… Fue en ese lugar donde vimos bien a lo lejos unos bultos moviéndose. ‘No puede ser’, dijimos. Quién podría estar en un lugar tan lejos (…) Estaban deshidratados y rendidos, quemados por el sol. No tenían ni ganas de hablar. Pero una de las mujeres nos dijo que había más personas extraviadas y que estaban peor que ellos”

– contó Fuad Garrido a Las Últimas Noticias.



En el primer grupo que encontraron, había cinco adultos y un bebé. Tras dar con ellos y al no poder contactar a alguien para pedir apoyo, decidieron dividirse en dos grupos y orillando los cerros, para no encontrarse con alguna mina, vieron al segundo grupo, que estaba a 15 kilómetros del otro, compuesto por seis mujeres que ya no tenían energía para seguir pues llevaban dos días sin tomar agua.

“Nosotros les dábamos lo que teníamos y se lo bebían desesperadas. No se podían mover ni poner de pie siquiera. Yo creo que ya se habían resignado a morir ahí mismo. Impresionantemente nos dijeron que había otro grupo de extraviados, el tercero, que estaban peor que ellos”



Finalmente, el tercer grupo de venezolanos extraviados se encontró en las quebradas, donde no corre viento y las temperaturas alcanzan hasta los 40 grados. Este ya era un reto mayor, por lo que los miembros del Team Tuareg, se acercaron a un puesto fronterizo a buscar ayuda, para volver poco después junto con una patrulla de uniformados. Lamentablemente los carros no podían pasar, así que los motociclistas fueron nuevamente los héroes de la historia.

“No podíamos creer que, efectivamente, estas personas estaban peor que todas las demás. Había niños del porte de mis hijos que estaban lánguidos, como si fueran muertos vivientes. Había lactantes que eran sostenidos por mujeres que lloraban yo creo que sin poder soltar lágrima, de lo deshidratada que estaban. Había un hombre que se derrumbó al vernos. No podía más (…) Después que los rescatamos a todos, recién ahí reflexionamos en lo que había pasado y me puse a llorar. Fue demasiado. Nadie se merece pasar por lo que pasaron esas personas. Y esos niños, pobrecitos. Es un orgullo haber podido ayudarlos, pero fue demasiado desgarrador”

– declaró finalmente Fuad.



Luego de rescatar a los inmigrantes extraviados, los llevaron a un lugar donde pudieran transitar los vehículos del ejercito. Ahí se les proporcionó ayuda y posteriormente fueron trasladados a una residencia sanitaria en la ciudad de Arica, donde se encuentran viviendo actualmente.

Un aplauso a estos grandes héroes que sin pensarlo decidieron arriesgarse para salvar a otros.