Gracias a su compañía su papá y los demás residentes del asilo están más felices y animados.
Nina Ambrose es una mujer de 49 años originaria de Reino Unido y debido a las restricciones establecidas por la pandemia, estaba devastada por no poder visitar a su papá de 77 años quien vive en un centro de cuidados desde enero del 2020 porque padece de la enfermedad de Alzheimer desde hace doce años.
Sin embargo, Nina tuvo una idea y decidió aplicar como voluntaria en el centro de cuidado para poder estar cerca de su papá puesto que su salud se estaba empeorando porque su familia no podía visitarlo. De esta manera, en abril del 2020 Nina empezó a acudir tres veces a la semana para trabajar como coordinadora de eventos y actividades que se realizan en el asilo.
Al respecto, Nina comentó en una entrevista con Daily Mail UK “Es encantador y gratificante de hacer, me da una rutina y he podido conocer a los residentes y al personal en un momento que ha sido muy aislado para muchos”.
Y por supuesto, lo más importante para ella es que puede acompañar a su papá para que no se sienta sólo, como lo comentó en la entrevista: “Ha sido muy difícil, papá y yo siempre hemos sido muy unidos” y es que Nina cuidó a su papá en su casa por muchos años hasta que empezó a tener más deterioros por el Alzheimer y consideró que era mejor que sea tratado por profesionales en el centro de cuidados especializado.
Desafortunadamente, la británica no se esperaba que la pandemia iba a ocasionar tantos problemas y no iba a poder visitar a su papá varias veces por semana como estaba acostumbrada. Por esto, Nina no lo pensó dos veces y puso en pausa su carrera y decidió unirse al programa como voluntaria.
Adicionalmente, Nina está muy feliz de poder colaborar con el centro de cuidado y organiza muchas actividades para su papá y los demás residentes para ayudarles a sobrellevar sus enfermedades. Y mencionó sobre su labor en el centro de cuidados: “Me encanta. Cuando voy, los residentes están muy felices y empiezan a aplaudir y a decir ‘canta, canta’ y recuerdan las canciones antiguas, ya que la música tiene un gran impacto para las personas con demencia”. Por otra parte, Nina también organiza diversas actividades relacionadas al arte, ya que se inspiró en su papá quien ama pintar con acuarelas.
Gracias a esta hermosa experiencia, Nina descubrió que es una increíble labor que planea continuar por mucho tiempo para ayudar a su papá y a otras personas con situaciones similares a las de él.