La niña de 10 años tiene síndrome de Dravet, una grave enfermedad epiléptica y gracias a la planta ahora está mucho mejor.
Durante un año y ocho meses, Caroline Pereira da Silva, una pequeña de diez años originaria de Brasil, ha usado aceite natural extraído de la marihuana para controlar los ataques de epilepsia causados por una terrible enfermedad.
Caroline sufre de síndrome de Dravet, una encefalopatía epiléptica muy severa que se inicia en el primer año de vida. La familia de la pequeña consiguió permiso de las autoridades para cultivar cannabis en el patio trasero de su hogar.
“En esta cuarentena, con más tiempo, tenemos tiempo para ver su progreso. Nos llama la atención que ella está corriendo, antes de que no jugara. Le dio un nombre a las muñecas, tiene fiebre, dice que ya no puede tomar el coronavirus, quiere salir a caminar. Hoy, ella es consciente de todo lo que está sucediendo. Nunca lo imaginamos “, dice la madre Liane Pereira.
Antes de usar cannabidiol, Caroline tenía 50 convulsiones por día. Para celebrar sus 20 meses sin convulsiones, Liane publicó una foto de su hija en las redes sociales. En la imagen, la pequeña sostiene una planta de marihuana y un cartel que explica como el uso diario del aceite artesanal cambió su vida.
“Con el aceite artesanal, no tiene más crisis. Ha habido muchos avances, ella solo puede alimentarse por vía oral. Donamos su silla de ruedas porque ya no la usa. Puedes caminar, nosotros también podemos sacar los pañales. Hoy en día juega, habla, todo lo que no había hecho antes”.
Asimismo, la cantidad de anticonvulsivos también ha disminuido. Antes del uso de la marihuana, la niña tenía que tomar cinco, ahora solo necesita uno.
Hace seis años, Caroline estuvo hospitalizada durante seis meses y luego pasó por otras siete hospitalizaciones en el mismo año, y según su madre fue cuando aprendieron de los beneficios del cannabidiol.
En abril de 2017, Liane vio en las noticias la historia de una familia que obtuvo en la corte el derecho a plantar marihuana medicinal para tratar a una persona con la misma enfermedad que Caroline. Se asesoraron con organizaciones especializadas en el tema y aprendieron a cultivar y extraer el aceite esencial de la planta.
El año pasado, la familia obtuvo el derecho de plantar y extraer aceite de marihuana medicinal en su casa, después de recopilar informes médicos y académicos sobre como mejorar la salud de su hija.
A pesar de los resultados positivos que ha tenido la planta con Caroline, la familia sigue enfrentándose a prejuicios de familiares y vecinos por cultivar marihuana en su casa.
“Escuchamos de un vecino ‘sabíamos que estabas cultivando marihuana, pero no íbamos a denunciarlo’. Hay mucho, lo notamos. Si hacemos una publicación sobre Carol, si tocas el nombre de la planta, muchas personas no lo disfrutarán. El prejuicio es ignorancia, es ignorancia del poder de la planta. Es eso que pasó de generación en generación, lo que no es bueno. Siempre digo, ‘no esperes necesitar apoyo'”, dice Liane.
Caroline es una prueba más de los beneficios que esta planta puede otorgar a personas que lo necesitan.