Estaba dispuesta a hacer todo lo posible para ayudar a su papá.
Brian Myers es un hombre estadounidense de 59 años y el orgulloso papá humano de una perrita llamada Sadie a quien adoptó del centro de cuidado animal Ramapo-Bergen Animal Refuge en Oakland, New Jersey después de que ella haya pasado un poco más de un mes en búsqueda de una nueva familia.
Afortunadamente, Brian decidió adoptarla y en una entrevista con el medio Today comentó cómo se convirtieron en mejores amigos en poco tiempo: “La noche que la adopté intenté tomarle una fotografía pero ella saltó y puso sus patas en mis hombros y me dió un beso en la cara. Parecía que me estuviera diciendo ‘gracias por rescatarme.’ “
Después de este hermoso inicio, su relación fue creciendo y se fortaleció cuando Brian se contagió de COVID-19 y durante todo el tiempo que estuvo enfermo, ella nunca se apartó de su lado acompañándolo en cada momento.Y en la entrevista con Today relató: “Pensé que estaba fuera de peligro con el COVID-19. Pero aparentemente muchas personas están desarrollando coágulos de sangre después de recuperarse de COVID-19. Y sin que yo lo supiera, tuve un derrame cerebral en medio de la noche”.
El suceso que ocurrió el 16 de enero del 2021, despertó a Sadie quien todas las noches duerme con Brian en la misma cama y cuando el estadounidense intentó caminar hacia el baño, colapsó en el piso. Y en la entrevista con Today comentó que “Simplemente no podía controlar mis músculos y no tenía la fuerza para volver a levantarme. De inmediato ella bajó de la cama y fue corriendo a mi lado y se acostó junto a mí y me besó en la cara y me hizo saber que estaba preocupada”.
Al ver la reacción de la perrita, Brian intentó consolarla y al tocar su collar pensó que podía usarla como contrapeso para poder levantarse. “Cuando la agarré del collar, ella supo instintivamente que debía empezar a caminar hacia atrás y tirar de mí. Y entre ella tirando de mí y la poca fuerza que pude reunir, pude deslizarme por el suelo y salir de la esquina en la que estaba atrapado”.
Gracias a la asistencia de Sadie, el estadounidense obtuvo ayuda y logró ser trasladado a un centro de salud y después empezó un programa de fisioterapia intensa para poder recuperarse del accidente cerebrovascular, puesto que le afectó su lado izquierdo del cuerpo y también su habla.
Afortunadamente, el hermano de Brian se encargó de cuidar de Sadie y durante el tiempo de recuperación constantemente hicieron videollamada para que su perrita supiera que estaba bien y pronto iban a reencontrarse.