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Perrito adoptado se hace mejor amigo de un ladrillo; son inseparables

Bueno esta sin duda es una amistad muy peculiar.

Ariana Smoak conducía de regreso a casa cuando vio a una perrita parada en la calle que se veía en muy mal estado, así que se estacionó para auxiliarla. Cuando descendió del coche se dio cuenta de que un grupo de cachorros salieron de su escondite en busca de su madre.

Todos se encontraban en une estado lamentable, estaban llenos de garrapatas y se veían muy desnutridos; necesitaban ayuda urgentemente. Por lo que Ariana los tomó y llevo a su casa para mantenerlos en un lugar a salvo y con el apoyo de su madre logró conseguir el dinero necesario para llevarlos al veterinario.



Tanto la perrita como los cachorros se recuperaron estupendamente y en poco tiempo estuvieron en condiciones para ser adoptados. Cada uno encontró un hogar; todos se fueron de casa, experto uno, el más pequeño y ‘’torpe’’ de la camada, el pequeño Sunny. Él se robó el corazón de la familia inmediatamente.

Sunny siempre destacó por ser muy amoroso y tierno, le encantaban los juguetes y tenía una decena de ellos con los que jugaba todo el día. Sin embargo, había uno en especial que lo cautivo por completo: un ladrillo.



Para la familia fue bastante curioso que un ladrillo se convirtiera en su distracción favorita. El flechazo surgió repentinamente cuando colocaron el ladrillo en la alfombra para que el extremo no se enroscara y desde ese momento Sunny no pudo resistirse. Juego con él cada que tiene oportunidad y lo arrastra por toda la casa.



Ariana pensó que sería una obsesión pasajera, pero por lo visto no era una ‘’etapa’’ realmente era su mejor amigo.

Con el paso del tiempo Sunny fue creciendo y a pesar de tener cientos de juguetes a su disposición el único que tenia su atención era su fiel y rojizo ladrillo.



Podríamos decir que esta amistad tiene cimientos bastante sólidos.