Es un gato atrapado en el cuerpo de un perro.
Los perros son realmente unos animales fantásticos. Son criaturas sociales, les encanta ser parte de una manada, además, aprenden rápido y pueden adaptarse a cualquier ambiente.
Mako es un pit bull que fue adoptado por Bethany y Samantha Castiller cuando tenía dos años de edad. Las únicas mascotas que tenían estas mujeres eran gatos.
Mako se familiarizó tanto con los gatos que adoptó ciertas características de ellos que ahora se cree otro gato más.
“Cuando fuimos al refugio de mascotas, Mako miró por encima del hombro y nos dio contacto visual directo y nos enamoramos del pequeño”, dijo Bethany. “En ese momento, parecía un muñeco porque su cabeza era mucho más grande que su cuerpo, pensamos que era adorable”.
Mako convive felizmente con sus nuevos mejores amigos felinos. Además, hace cosas tan únicas que parece pensar que es un felino en lugar de un perro. ¿De qué otra manera podría explicarse un pit bull encima del refrigerador?