Según los expertos guardar silencio absoluto por un mes o dos podría terminar con el COVID-19.
Si todos estuviéramos en silencio durante un mes o dos, o si solo habláramos en voz baja, la nueva pandemia de coronavirus probablemente se reduciría radicalmente o incluso podría desaparecer. Esta es una conclusión lógica, aunque ilustrativa, a la que llegan los especialistas a partir de las diversas formas de transmisión del Covid-19, que se propaga principalmente a través de las gotitas que salen de la boca cuando tosemos, estornudamos, pero también cuando hablamos, y aún más cuando gritamos.
Según el profesor José-Luis Jiménez, de la Universidad de Colorado, si fuera posible el silencio absoluto, podría ser un arma muy eficaz para controlar la pandemia. “La verdad es que si todos dejaran de hablar durante un mes o dos, la pandemia probablemente desaparecería”, dijo. Y dado que la rapidez y la fuerza con la que se libera el virus de la boca de la persona infectada se relaciona con una mayor propagación de la enfermedad, si hablamos más bajo , sin gritos y con distancia social, el contagio también se reduciría considerablemente – y la conclusión destaca además la importancia de usar máscaras para combatir Covid-19.
La conclusión, por tanto, demuestra que la lucha contra la difusión no se reduce solo al mantenimiento de la distancia social , sino a cómo lo hacemos y cómo nos comportamos. Naturalmente, tal mirada a cómo hablamos, sobre todo en grupo, se da en el contexto singular y extraordinario de la pandemia, pero ilustra perfectamente cómo la transmisión del nuevo coronavirus es dinámica, tanto en su contagio como en los medios para combatirlo.
Si el silencio no es posible y puede empeorar aún más, hablar en voz baja puede ayudarnos a reducir la pandemia – y, en general, ser conscientes de la forma en que nos comportamos y el uso de una máscara en este momento es fundamental para cuidarnos. nuestra salud y la salud de todos.