La historia de un genio olvidado
Nikola Tesla nació en lo que hoy en día es Croacia, en 1856; su padre era un sacerdote de la Iglesia Ortodoxa de Serbia, que siempre tuvo la intención de que su hijo ejerciera la misma profesión que él. Desde pequeño se notaba que la vocación de Tesla estaba en las ciencias; se dice que tenía la capacidad de memorizar libros y tablas logarítmicas completas. Aprendía idiomas de manera fácil y podía trabajar día y noche con sólo pocas horas de sueño.
A los 19 años, estudiaba ingeniería eléctrica en el Instituto Politécnico de Graz en Austria, donde rápidamente se posicionó como un estudiante estrella. Después de un debate con un profesor, sobre las fallas de los actuales motores de corriente directa; se obsesionó en la creación de un motor que funcionara con la corriente alterna.
Durante 6 años dedicó su mente y tiempo a pensar en este motor. Su obsesión llegó a tal grado, que empezó a fallar en la escuela, y posteriormente se volvería un adicto a los juegos de azar, que lo llevarían a perder su beca y sufrir una crisis nerviosa.
En 1881, ya recuperado de su crisis, Tesla se mudó a Budapest, y mientras caminaba en un parque con un amigo, le llego una visión. Utilizando una vara en el parque, Tesla dibujó un diagrama de un motor utilizando el principio de campos magnéticos rotativos creados por dos o más corrientes alternas.
Su reunión con Edison
En Junio de 1884, Tesla llega a Nueva York con sólo 4 centavos en su bolsillo y una carta de recomendación para Thomas Edison.
En una reunión Tesla le explicó los proyectos en los que trabajaba, y Edison, aunque no estaba convencido, lo contrató. Según Tesla, Edison le ofreció 50,000 dólares si podía mejorar las plantas de corriente directa de Edison. En poco tiempo, Tesla logró cumplir con el objetivo, y al pedir su pago, Edison se negó; supuestamente argumentando que “Cuando te conviertas en un Americano de verdad, apreciaras una broma americana”.
Nikola renunció y no pasó mucho para que alguien se interesara en su motor de corriente alterna. La “Western Union Company” se encargó de devolver a Tesla a los laboratorios; donde pudo mejorar su motor y diseñar el sistema que aún se utiliza alrededor del mundo.
No sólo dedicó su mente al campo de la electricidad; también se le atribuyen varios inventos, entre ellos la radio, los rayos X y la bobina de Tesla.