Gracias a su esfuerzo, demostrando toda su capacidad y profesionalismo, cada vez más personas la contratan.
Verónica Ibarra es una mujer de 32 años originaria de Mendoza, Argentina y desde hace cinco años empezó a trabajar como albañil en todo tipo de construcciones, refacciones y plomería, rompiendo cada día los estereotipos en oficios predominados por los hombres.
Y es que la joven ha tenido que pasar por varios retos para poder recibir contrataciones, ya que muchas personas desconfiaban de su conocimiento y preparación para ejercer estos trabajos porque históricamente han sido realizados por los hombres. Sin embargo, en una entrevista con el medio argentino Los Andes, Verónica comentó que decidió incursionar en estas actividades por la necesidad de un empleo estable y tener mayor autonomía, porque antes recibía malas pagas y pasaba de un empleo a otro:
“Me senté un día y me lo replanteé. Me dije ‘yo estoy totalmente capacitada para esto'”. Y agregó que: “Desde chica adquirí conocimientos, trabajé como ayudante y después me fui capacitando en diferentes técnicas”.
De esta manera, la joven comenzó su camino en el mundo de la construcción y en la entrevista relató sobre los inconvenientes que tenía: “Al principio fue bastante difícil, justamente en esta provincia y en este país cabeza de termo. Los hombres no llamaban ni para pedir presupuesto y las mujeres, que por ahí dependían de la decisión de sus parejas, no se animaban”.
Sin embargo, Verónica comentó que poco a poco empezó a tener trabajo por el apoyo de grupos de mujeres: “Al principio trabajé mucho con mamás solteras y señoras mayores”. Y gracias a su excelente servicio, la referían con otras personas y comenzó a tener nuevos clientes para realizar diferentes tipos de construcciones, refacciones y también trabajos de plomería.
Fue así como la argentina creó su emprendimiento: ‘Vero, servicios generales’ y con el tiempo adquirió reconocimiento por su instalación de cerámica y construcción en seco. En la entrevista con Los Andes comentó: “Me gusta que mis trabajos se destaquen por el profesionalismo y la prolijidad. Tengo mucho cuidado con los detalles, que es lo que más requiere el trabajo de cerámica, por ejemplo”.
Posteriormente, Verónica empezó a laborar en otras obras: “El primer trabajo grande que tuve fue la remodelación de un departamento en el centro. Siempre me llamaban por un baño, una canilla rota, cositas chiquitas que iban sumando”. Pero gracias a su gran trabajo en el departamento mencionó que “Ahora ese cliente me volvió a llamar para hacer la remodelación de otro departamento”.
Además, Verónica comentó en la entrevista que para proyectos más grandes ella suele contratar a otras colega: “Una de las chicas con las que trabajo es gasista matriculada y otra electricista matriculada”. De esta manera, la joven es recíproca apoyando a otras mujeres que como ella rompen los estereotipos demostrando su talento, conocimiento y compromiso para hacer trabajos excelentes.