Hasta la acción más pequeña suma un granito de ayuda para crear un mundo más justo.
La impotencia de no saber qué hacer para poder ayudar a alguien en necesidad, muchas veces es un sentimiento que nos sobrepasa; sobre todo si se trata de una persona mayor. Alguien quien posiblemente ha trabajado siempre, intentando sobrevivir vendiendo dulces, comida o prendas en las calles. ¿Cómo llegan hasta allí? ¿Por qué tienen que trabajar aún hasta esta edad tan avanzada?
Las respuestas son infinitas y al mismo tiempo inútiles. Puede ser que estén solos en el mundo, sin familia, amigos, con problemas de salud, cuidando a alguien mucho más grande que ellos (esposo o esposa) o claro la desidia y falta de compromiso por parte del gobierno y los programas de apoyo a adultos mayores.
¿Cómo puedo ayudar para cambiar su situación?
Además de luchar por mejores oportunidades para las personas indefensas, puedes empezar a practicar alguna de las siguientes cosas que aunque son honestas y sencillas no cambian de raíz el problema, pero sí brindan un rayito de luz a la situación.
#1 Si tienes la posibilidad, compra lo que venden.
Primeramente, si una persona mayor vende algo que te hace falta o que podrías utilizar en un futuro, cómpralo antes de ir a un supermercado. Sí, regularmente estas personas no cumplen con todas las normativas de venta ambulante, pero nadie está allí por gusto. Así que si puedes ayudar, simplemente ayuda.
#2 No regatees.
Regularmente las personas mayores que venden cosas, sólo buscan sacarle el mayor provecho posible o lo que sea que les dé para vivir el día. Si regateas seguramente si consigues una rebaja, pero esos pesos que te ahorraste podrían hacer la diferencia en la vida de esta persona podrían ser la diferencia entre comer uno o dos días.
Si tienes el costo completo del artículo y quieres ayudar, compra sin protestar o de otra manera apoya con lo que puedas pero sin llevarse mercancía.
#3 No juzgues.
Ninguno de nosotros sabe cuál es el motivo o razón verdadera de porqué estas personas se encuentran en la situación en la que están. Pero de algo podemos estar seguros: si hubieran podido tener algo mejor, lo hubieran tenido.
En lugar de especular o juzgar por su atuendo, sus productos o su actitud, mejor intenta ponerte en su lugar. Imagina que te encuentras en una situación similar dentro de unos años, tienes poca fuerza y sólo tienes ganas de estar en casa descansado, sin embargo tienes que salir a vender tu mercancía o de otra forma perderías todo. ¿Qué pasaría si te encuentras solo y sin dinero? ¿Cómo te sentirías si por ser anciano nadie te pudiera dar trabajo o una mano siquiera?
#4 Interésate.
La gente en estas situaciones seguramente están solas. No necesitan sólo el dinero: también esperan una mirada a los ojos, un abrazo, un gesto amable o muchas veces alguien con quien poder desahogarse de sus cargas.
Si no tienes dinero para comprar sus artículos, no mires a otro lado. Sé honesto, muestra interés, pregunta si puedes ayudar en algo más.
Muchas veces tu compañía, charla o buena intención aportan más que todo el dinero.
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