Tras derrotar la depresión y la adicción este luchador de la UFC empleo sus ganas de luchar para liberar esclavos del Congo
Justin Wren es un artista marcial mixto profesional que anteriormente compitió para el UFC y tiene más de 13 victorias profesionales en su haber. Alcanzó su sueño de convertirse en un luchador profesional a la edad de 18 años, pero la experiencia no fue satisfactoria ya que Wren estaba luchando contra la depresión y la drogadicción en ese momento y cuando tenía 23 años intentó suicidarse. En el punto más bajo de la vida, Justin se dio cuenta de que quería hacer algo significativo, hacer un cambio en este mundo que realmente importaba.
Puso sus ojos en los pigmeos del Congo, que estaban atrapados en un ciclo de esclavitud y abuso por la tribu Mokpala. Los pigmeos no tenían tierras, obligándolos a trabajar para obtener alimentos, que eran tan poco como 2 plátanos por día, para que toda una familia los compartiera, para mantenerlos hambrientos y dependientes de sus amos. Al ver su sufrimiento, Justin se dio cuenta de que sabía lo que tenía que hacer. “Estaba luchando contra la gente, pero en realidad se suponía que debía pelear por la gente”, recordó.
“Sería una tontería de parte de nosotros venir a los amos de los esclavos y decir ‘oye, queremos liberar a tu pueblo'”, explicó Wren, “por lo que debes salir de manera respetuosa hacia ambas partes”. No puedes amar a un lado y odiar al otro “. Entonces, Wren usó agua para ayudar a ambos lados. Se asoció con Water4 y fundó la organización benéfica ‘Fight for the Forgotten’ para emplear a la fuerza de trabajo local, dándoles trabajos, para perforar pozos en áreas que de otro modo serían inaccesibles. De esta manera, no solo ayudó a los esclavos pigmeos, sino también a sus amos esclavistas, resolviendo el conflicto sin hostilidad.
Desde el comienzo de su viaje hace 8 años, Wren ha realizado varias expediciones y campañas de caridad con ‘Fight for the Forgotten’ para ayudar a su familia Pigmy. Usó parte de sus ganancias para comprar tierras para los pigmeos y cavar pozos que no solo mejorarían su salud general, sino que también evitarían que sus hijos murieran de enfermedades transmitidas por el agua.
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