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Este hombre jubilado plantó más 25 mil árboles y recuperó un área degradada

El mundo necesita más ciudadanos como este hombre

Cuando se le preguntó sobre su profesión, Helio da Silva, de 67 años, respondió: “Yo soy plantador de árboles”. Y no es en vano: en los últimos 15 años, el jubilado ya plantó 25 mil árboles en la orilla del arroyo Tiquatira, en Itaquera (zona este), de la ciudad de Sao Paulo. La acción de Helio fue importante para hacer del sitio el primer parque lineal de la ciudad, donde muchos residentes aprovechan para hacer caminatas a lo largo de sus 3 km de extensión.



Helio es de Promesa, a 451 km de la capital, y se mudó a Sao Paulo a los 7 años. Ahí ha vivido toda la vida y, por eso… “Quise devolver algo a la ciudad que tanto me ayudó.”

“Antes, había allí unos 15 árboles de replantación”, recuerda Silva. “Era un área degradada, sucia, llena de escombros, altamente frecuentada por traficantes y usuarios de drogas”, comenta Helio.

La plantación de los árboles comenzó en 2003 y, desde entonces, no se ha detenido. Helio, que vive en la zona del parque, va al lugar todo el sábado para plantar nuevas especies, actualmente son más de 160.

La mayoría es una especie típica de la Mata Atlántica. Además, cada 12 nuevas plantas, una es fructífera. Cuanto más gente y pájaros eran atraídos hacia la isla verde en medio del hormigón, más agujeros Silva cavaba para nuevas mudas. “Los árboles son generosos, ofrecen aire puro, ayudan a preservar los manantiales, dan frutos, atraen pájaros, embellecen con flores y contribuyen a reducir la temperatura en su entorno y retiene el 40% de las lluvias torrenciales, evitando erosiones”, dice, justificando su fascinación por las plantas.



Pero, al principio, el trabajo de Helio no fue fácil. Él cuenta que enfrentó a comerciantes locales que no querían que los árboles “espantar a los clientes”. Incluso después de tener sus primeras mudas arrancadas, el jubilado insistió: “Llegué a plantar de madrugada para que nadie viera”.

En mayo de 2008, el bosque planeado cuidadosamente por Helio se convirtió oficialmente en un parque lineal – que protegen los márgenes de ríos y arroyos, generalmente se abren (sin rejas) y pueden ofrecer algunos recursos de ocio. Los equipos de gimnasia, mesas y bancos, sanitarios, pistas de skate y cuadras ya fueron instalados por el ayuntamiento, que mantiene el local.

Son incontables los mensajes de felicitaciones por la buena acción, sin embargo, son pocas las personas que se disponen a ir más allá, poniendo la mano en la masa. Los mensajes como “si necesita ayuda, me avisa”, Silva sabe bien, no ayudan a transformar el gris en verde. “Actualmente, cuento con dos personas, Carlos y Waldemar, que me ayudan desde hace dos años. En estos casi 15 años, algunas personas me apoyaron, pero se quedaron por el camino.



Pero, con o sin ayuda, Helio garantiza entusiasmado que no pretende detenerse tan temprano: “¡La meta es llegar a 50 mil plantas!”.