Desde hace más de tres décadas, este hombre ha dedicado su vida al servicio de su comunidad. Un ejemplo increíble de vocación.
Teófilo Cari es un enfermero que, desde hace 32 años, cada mañana cruza los cerros de la Quebrada del Toro para llegar a su puesto en Las Mesadas, Argentina. Él sale de su casa hecha de adobe y techo de caña y paja, en el paraje Capilla, a 3200 metros sobre el nivel del mar. Alrededor de las 8 emprende una caminata de cinco horas entre medio de los áridos cerros rumbo a su puesto de trabajo.
La vocación de atender a sus pacientes ha hecho que Teófilo tenga esta rutina desde hace 32 años, aunque pronto cumplirá 65 años y podrá jubilarse.
Cada vez más personas de la zona van emigrando a pueblos o ciudades cercanos debido a la precariedad de las condiciones en las que se vive. Teófilo comenta:
“Entre Capilla y Mesadas quedamos 65 personas, la mayoría son gente de edad, antes éramos más. Todos los que van saliendo de las escuelas ya no vuelven”
Su historia es digna de compartir, pues para él no existe distancia ni condiciones suficientes para alejarlo de su vocación.