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El agricultor que detuvo el desierto y lo transformó en un bosque frondoso

El agricultor de edad avanzada pudo regenerar el suelo con este innovador conocimiento.

Yacouba Sawadogo es un agricultor originario de Burkina Faso, en África. Yacouba fue ganador del llamado “Premio Nobel Alternativo” por su destacada labor de sembrar miles de hectáreas de árboles donde antes solo había tierra árida.

Este agricultor transformó miles de hectáreas estériles del Sahel en un frondoso bosque, una proeza que quiere dejar como legado a las próximas generaciones.



“Lo que he hecho es para las generaciones futuras. Quiero que vean una tierra verde en lugar del lugar seco que era antes”, declara Sawadogo, de 78 años.

El infatigable campesino sintió la llamada de la tierra hace 45 años, cuando percibió un cambio en el clima. “Me di cuenta -rememora- de que las lluvias no eran ni frecuentes ni suficientes para nuestros cultivos”.



Ya en los años 80s, en un periodo de sequía severa, Sawadogo comenzó a regenerar el suelo de unas 40 hectáreas haciendo un uso innovador de técnicas de cultivo indígenas.

Actualmente, este “pulmón verde” en pleno corazón del Sahel cuenta con cultivos tanto para pasto como alimentarios, además de áreas boscosas a las que han regresado numerosos animales y aves, en las que conviven más de 60 especies de árboles.



El éxito del “hombre que detuvo el desierto” se fundamenta en el uso de hoyos durante la pretemporada de lluvias para retener el agua y concentrar la composta, técnica conocida como “zaï” en lengua local, además de otras formas de regeneración natural.

Sus técnicas permiten a los agricultores obtener cosechas en años de sequía, ser autosuficientes, alimentar a su ganado con forraje y, gracias a todo ello, adaptarse al cambio climático, reducir la pobreza rural y prevenir conflictos relacionados con los recursos.