¿Cómo lo hicieron?
Cuando Medicine Hat, una ciudad en el sur de Alberta, Canadá, se comprometió a poner fin a la situación de calle en 2009, había muchos escépticos que pensaban que era una hazaña imposible de realizar. Seis años más tarde, la ciudad cumplió su promesa con la ayuda de una idea sorprendentemente simple: dar a cada persona que vive en las calles un hogar sin ningún compromiso.
Mientras que los programas de vivienda tradicionales; piden que los posibles participantes se limpien y busquen tratamiento psicológico antes de ser admitidos en el sistema. El enfoque de Housing First no hace obligatoria ninguna de estas exigencias. Quién necesite un lugar permanente donde quedarse recibirá ayuda, sin importar sus circunstancias. ”Tomamos la postura de que las personas son dignas de un hogar y es un derecho humano fundamental tener refugio y un techo sobre la cabeza”, dijo a BBC Jamie Rogers, quien dirigió el programa Housing First en Medicine Hat. ”Por supuesto, está orientada a la recuperación, y ayudamos y apoyamos a las personas a tomar decisiones diferentes en sus vidas, pero no retenemos la vivienda por quienes eligen ser”.
Una ciudad ejemplar
Desde abril del 2009, la comunidad de alrededor de 64,000 alberga a 1,013 personas; 705 adultos y 308 niños. Además del éxito obvio de atraer a la gente de la calle. Housing First también trajo consigo una serie de efectos positivos inesperados. En Medicine Hat, las visitas a la sala de emergencias y estaciones de policía disminuyeron considerablemente. Muchas de las personas en el programa se sintieron queridas y reunieron la motivación necesaria para comenzar a manejar su pasado de una manera mejor y más positiva.
Medicine Hat no sólo le dio el ejemplo a otras ciudades (que también están utilizando con éxito el programa). Sino que cambió completamente el enfoque que le damos a la falta de vivienda. En lugar de construir o depender únicamente de viviendas subsidiadas; la ciudad construyó una relación de confianza con los propietarios, así como las compañías de administración de propiedades y las comunidades locales en general. El miedo y el prejuicio hacia las personas sin hogar fue reemplazado por la constatación de que simplemente son personas con mala suerte y, actualmente, los propietarios de algunas viviendas llaman al ayuntamiento para ofrecer sus apartamentos al programa.
El inspirador éxito de Medicine Hat; demuestra que si dejamos de lado nuestros miedos, diferencias, prejuicios y nos unimos como comunidad, nada es imposible.
¿Te gustaría que existieran programas como este en tu localidad?
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