Una iniciativa que podría replicarse en todo el mundo
João Araújo vive en Tocantins, Brasil y es gerente de una tienda de piezas para motos. Él siempre se preocupó por los cachorros callejeros de la ciudad y por eso empezó a ofrecer agua y comida para los animales. Sólo que su rutina atribulada le impedía ayudar a todos los animales que viven en las calles de Sonia Regina, el barrio donde vive.
“A veces mi madre tenía comida para colocar, pero no siempre alcanzaba y terminaba faltando. Ahora no va a faltar más”, cuenta el joven.
El local tiene un bote para alimentos, reabastecido con frecuencia, y un depósito con capacidad para 20 litros de agua, diseñado de modo que el bote esté siempre lleno.
El restaurante se hizo famoso y muchas personas se ofrecieron para ayudar, además de donar raciones de comida para los perritos.
Se sabe que João siempre se ha preocupado por los animales, pues antes de crear el restaurante “Hambre Cero” solía dejar ollas con comida y agua muy cerca de su casa, pero ahora el lugar está mucho mejor equipado y tiene mucho más espacio para todos los perritos callejeros.