La torre funciona capturando la condensación y está brindando agua potable a comunidades marginadas.
La Torre WarkaWater es una estructura poco probable de encontrar fuera del paisaje etíope. Con 9.1 metros de altura y 4 de ancho, no es ni la mitad de lo que puede elevarse el bambú, pero sin duda está torre cumple con un trabajo que el bambú por sí solo no puede. La delgada torre de bambú entretejido está revestida con una malla de poliéster naranja y aunque parece una obra de arte, no se trata de eso.
La torre está diseñada para escurrir agua a partir del aire, proporcionando una fuente sostenible de H2O para los países en desarrollo.
La estructura fue creada por Arturo Vittori y su equipo en Arquitectura y Visión. Las torres recogen el agua de lluvia, la niebla y el rocío. Warkawater funciona utilizando redes de malla que capturan la humedad y dirigen el agua hacia un tanque de retención higiénico al que se accede a través de un pico o cono.
La producción de cada WarkaWater cuesta alrededor de $1,000 dólares y no requiere de electricidad para funcionar. Vittori dice que se necesita menos de una hora para ensamblar los cinco módulos en una torre terminada, lo que hace que sea fácil de empacar y mover según sea necesario. El objetivo práctico de la instalación, es que se convierta en una máquina eficiente para la producción de agua durante todo el día, pero poblar el paisaje con torres alienígenas es algo más que funcionalidad, se trata de arquitectura también. Se puede decir que Vittori quería diseñar algo icónico, pero más allá de eso está el potencial de la torre para el nexo social de una aldea. Con toldos de tela que se extienden como una falda peplum, las torres podrían ser un lugar donde las personas se reúnan para socializar y buscar refugio del sol, tal como lo harían debajo de un frondoso árbol Warka.
Sin dudas esta estructura podría ser la solución a la escasez de agua en muchas partes del mundo.
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