Si esto no es amor, nada lo es.
Una pareja de abuelitos juega Mario Kart desde hace 17 años y el que termina en último lugar es el encargado de preparar el té por la tarde. Se adueñaron del videojuego y hasta el día de hoy no han parado ya que les parece muy divertido.
Todos crecimos con los videojuegos. La mayoría de los jóvenes saben qué es una consola y el Nintendo. Pues era algo normal y lo más entretenido que había en la época. Los que nacieron en los 80 sabrán cuáles eran las formas de divertirnos muy aparte de salir a la calle.
Cuando estos juegos llegaron a casa, nos olvidamos del mundo y hacíamos competencia con los amigos para saber quién era el mejor.
Nuestros papás estaban casi felices por vernos más en el hogar que en la calle expuestos a tantos peligros, sin embargo, ellos no querían que nos enviciáramos.
Sin embargo los videojuegos no eran solo para los niños, también nuestros padres podían disfrutarlos. Así pasó con un joven a quien le regalaron en 1999, un juego de Nintendo, pero él no fue el que lo disfrutó sino sus padres.
Es así como empezaron con un nuevo vicio y así todos los días. ¿Pero sabes qué hacían? El que perdía, tenía que preparar el té en la tarde. Se adueñaron del videojuego y hasta el día de hoy no han parado ya que les parece realmente divertido.
Primero, empezaron con una partida de Grand Prix como para calentar motores y luego ya iniciaron con una batalla. Además, ambos han escogido a sus personajes favoritos. Por ejemplo, para la partida de Grand Prix, la señora escoge a Wario y el papá escoge a Toad.
En 2014 todo el mundo ya conocía su historia, pero como ahora todo está en Internet, se han hecho más virales que nunca.
Sin duda una competencia sana, divertida y llena de entretenimiento.